La falta de oportunidades en zonas rurales o con poca densidad está provocando que muchas localidades vean cómo el flujo migratorio les está afectando. Una consecuencia de estos traslados es, sin duda, la alta concentración de vehículos. Por ello, para regular las emisiones que emite el transporte privado, muchas ciudades han optado por establecer las llamadas zonas de bajas emisiones.
Las grandes ciudades están inmersas en un escenario de masificación imparable. Como no puede ser de otra forma, este hecho evidencia aún más las consecuencias del cambio climático, pues a más personas, más vehículos y más contaminación. Como veremos, son varios los objetivos de las zonas de bajas emisiones, pero lo que sí parece claro es su implantación a corto plazo en las principales urbes europeas.
Las zonas de bajas emisiones son espacios donde la movilidad privada está restringida según el tipo de vehículo. Es decir, que, dependiendo del modelo, antigüedad y de su pegatina ambiental, podrás circular por esa área o no. Aparentemente, puede parecer una obligación. Sin embargo, este sistema se ha creado para mejorar la calidad de vida y aire de las ciudades.
En una Europa cada vez más verde, las zonas de bajas emisiones son un claro objetivo por parte de la Unión Europea. No obstante, existe una confusión en todo el continente, puesto que no existe una normativa oficial y cada país elabora sus normas de forma independiente. El resultado de ello, es la confusión por parte del usuario y una amplía gama de proyectos con normas totalmente distintas.
La aparición de las zonas de bajas emisiones no ha sido de un día para otro. Al contrario, se llevan gestando alrededor de una década con el objetivo de disminuir la cantidad de emisiones de CO2 que producen los vehículos, así como aminorar las consecuencias del cambio climático. No podemos achacar la culpa a una única consecuencia, sino a una serie de condiciones y acontecimientos que han hecho empeorar la situación ambiental urbana.
Dicho esto, estas podrían ser las causas principales de la aparición de proyectos de zonas de bajas emisiones:
A pesar de no existir evidencias científicas que corroboren la efectividad de las zonas de bajas emisiones, sí que podemos encontrar ejemplos donde la calidad de vida de las áreas afectadas ha supuesto una mejoría. Estas son las ventajas que, a priori con un proyecto estructuralmente bien armado, podría proporcionar:
España se ha puesto seria respecto a la implantación de zonas de bajas emisiones. Bajo la Ley de Cambio Climático y Transición Energética emitida por el MITECO, se han acordado nuevas medidas. Las más destacables las resumimos en los siguientes puntos:
Pero, ¿existen zonas de bajas emisiones en España? La respuesta es sí. A pesar de la lentitud en la aprobación de los proyectos y los cambios políticos territoriales, las dos grandes ciudades de nuestro país ya tienen un plan acorde a los objetivos de la ley de cambio climático. Te presentamos las áreas principales y los proyectos más avanzados:
Tal y como hemos podido leer en la pregunta anterior, las zonas de bajas emisiones sí que van a ser obligatorias, por lo menos en España. 2023 es el año límite para adoptar los proyectos. Asimismo, rumbo similar corren los países pertenecientes a la Unión Europea, pues las políticas cada vez más verdes llevan a este camino.
El objetivo de la UE con el Pacto Verde Europeo es ser climáticamente neutra para el año 2050. Es por ello que gran parte de los fondos Next Generation irán destinados a crear un nuevo modelo de movilidad mucho más sostenible y electrificado. No se pretende cambiar todos los vehículos con las nuevas zonas de bajas emisiones, sino de apostar y combinar nuevas u otras formas de transporte respetuosas con el planeta.
Europa y el mundo en general, está sumido en una grave crisis climática. No hemos sido respetuosos con el medioambiente y éste nos está regalando las consecuencias del cambio climático. La movilidad es una pieza clave para reducir la cantidad de emisiones de CO2 que se emiten cada día y las zonas de bajas emisiones parecen ser una solución.
En definitiva, estamos hablando de áreas en las que ciertos vehículos tienen prohibida o restringida su circulación por alguna de sus características técnicas. España parece ser ejemplo en Europa con la nueva ley que obligará a las ciudades de más de 50.000 a crear ZBE para mejorar la calidad del aire y de vida de los ciudadanos. Parece que los nuevos fondos europeos permitirán darle un empujón a los nuevos proyectos ¿será realidad esto? Tendremos que esperar hasta 2023.