En algunos de los post de este blog, ya hemos hablado sobre la situación de los puntos de recarga en España o de las subvenciones que existen. Sin embargo, hoy iremos más allá y nos adentraremos en aspectos técnicos importantes que debes conocer. Concretamente, hoy desvelaremos los diferentes modos de carga que pueden tener los vehículos eléctricos.
Como bien sabrás, Plena Energía está completamente comprometida con la movilidad eléctrica. Por eso, además de ofrecer nuestros servicios de puntos de recarga, presentamos este tipo de entradas que ayudan a aclarar las preguntas del comprador o posible cliente. Veamos cuáles son los diferentes modos de carga para coches eléctricos que podemos encontrar.
Antes de mostrar los diferentes modos de carga de los vehículos eléctricos, vamos a analizar una pregunta muy frecuente respecto a la cantidad de energía que necesita un punto de recarga. Esta es la diferencia entre kilovatios y kilovatios/hora. A continuación, os lo explicamos perfectamente:
Es el modo de carga menos habitual para coche eléctrico. Hablando claro, es como si conectamos a nuestro vehículo un cable procedente de un enchufe corriente de nuestra casa. Este tipo de recarga es más habitual para bicicletas o patinetes eléctricos, pues no necesitan de una gran potencia para su recarga.
El modo de carga 1 ofrece energía en corriente alterna. Este no dispone de ningún sistema de protección y seguridad. Además, tiene un límite de potencia de entre 2.3 y 3.6kW, por lo que una recarga de una batería de 100kW se haría muy prolongada, llegando a hasta más de un día. Por todos estos factores, los modos de carga 1 no son nada recomendados para nuestro coche eléctrico.
También es denominado como modo de carga ocasional. En definitiva, el sistema es idéntico al modo de carga 1, pero con una gran diferencia. En este caso, utilizamos una caja que comunica el enchufe de la toma de corriente al del conector del coche. Esta caja hace de protector para no provocar posibles excesos de potencia producidos por la carga del vehículo eléctrico.
Al igual que el anterior, el modo de carga 2 ofrece una velocidad de recarga lenta al disponer de un enchufe tradicional a la red. Este tipo de modo de carga es más habitual en vehículos que tienen baterías pequeñas como los híbridos enchufables, ya que su capacidad comparada con los eléctricos totales es más reducida.
Un uso muy común que se le suele dar al modo de carga 2 es cuando queremos hacer una recarga pequeña, ya que tenemos la posibilidad de poder enchufarlo a la red. Además, este tipo de modo de carga es algo más rápido que el modo 1, por lo que muchos usuarios optan por estos puntos de recarga más baratos que los convencionales.
El modo de carga 3 es la opción más estandarizada entre los usuarios de vehículos eléctricos para hacer su recarga. A diferencia de los anteriores, este modo de carga utiliza lo que comúnmente se denomina Wallbox, un dispositivo anclado a la pared en el que se concentran todos los procesos.
Al igual que los anteriores, el modo de carga 3 utiliza electricidad en corriente alterna. Este puede ser adaptado a corrientes monofásicas y trifásicas, mientras que los modos 1 y 2 solo eran compatibles con la primera. Son ideales para vehículos eléctricos totales o híbridos enchufables, pues tienen una velocidad de carga semi-rápida y no son dañinos para las baterías a largo plazo.
Por último, el modo de carga 3, dispone de más capacidad de transmisión de energía, lo que los hace más potentes. Dependiendo del modelo y de la velocidad del punto de recarga, es posible hacer una recarga para 100 kilómetros en un tiempo de 30 minutos. Los más básicos pueden tener potencias de 7kW, pero podemos llegar a tener más de 30kW en corrientes trifásicas.
Son super-cargadores que permiten hacer la recarga de tu coche eléctrico en menos de 20 minutos. El modo de carga 4 funciona de forma diferente al resto, pues emplea corriente continua para suministrar la energía. Esto es importante, ya que conlleva un coste extra al tener que cambiar la forma de transmisión de la electricidad.
En definitiva, los electrones que circulan por el modo de carga 4 van en una sola dirección, lo que los hace más rápidos. La potencia que soportan es muy elevada, llegando hasta los 350kW. Sin embargo, hay un pero. No es recomendable el uso de este modo de carga de forma seguida, ya que puede dañar a largo plazo las baterías al verse sometidas a un estrés importante.
La mayoría de los puntos de recarga con modo de carga 4 son de dominio público. Su coste tan elevado, hace inviable su adquisición por parte de un usuario corriente para su vivienda. Es por ello, que encontramos este modo de carga en gasolineras, centros comerciales o en la propia vía pública.
Realmente, no hemos dado toda la información sobre los modos de carga para vehículos eléctricos, ya que no hemos dicho los tipos de conectores que son compatibles. Esta información, la desarrollaremos más adelante en otra entrada específica. Hasta entonces, acabamos de ver las diferencias más importantes respecto a los modos de carga que encontramos actualmente.
El modo de carga 3 es el más habitual para cargar tu propio vehículo eléctrico o híbrido enchufable, ya que ofrece la relación calidad-características más interesante. Para opciones más habituales puedes pasarte al modo 2 o al 4, pagando un coste extra. Sin embargo, la modalidad 1 la dejamos por descartada por su ineficiencia e incompatibilidad.