La transición energética es una realidad muy importante para minimizar los efectos del cambio climático. Son muchos los conceptos y propuestas que están surgiendo a raíz de este proceso, ya sea la electrificación, economía circular, implantación de energías renovables y un largo etcétera. No obstante, hay un término que despierta mucha ilusión y que podría transformar de forma radical la mayoría de sectores de la economía. Estamos hablando del hidrógeno verde.
Con el objetivo de descarbonizar Europa para el año 2050, el Pacto Verde Europeo ha supuesto un antes y un después en el término del hidrógeno verde. Se entiende que este recurso es un pilar clave para llegar a esa meta. Por eso, la financiación de proyectos va a ser mucho mayor durante los próximos años. Sin embargo, ¿Qué es el hidrógeno verde? ¿Cuáles son los usos que le podemos dar? Sigue leyendo y entérate de todo lo que necesitas saber.
Para saber que es el hidrógeno verde, es importante aclarar que estamos hablando de un vector energético. Es decir, un sistema cuyo principal uso es el transporte o almacenamiento de la energía para ser liberada de forma controlada a medio-largo plazo. De esta forma, el hidrógeno verde no es una fuente de energía renovable, sino un elemento que permite transportar o guardar una electricidad verde y limpia para luego ser utilizada.
Es importante señalar que el hidrógeno es el elemento químico más abundante en la naturaleza. Sin embargo, encontramos un problema. Su existencia en forma de gas es inexistente, siempre va acompañado de otro componente. Así pues, como veremos más adelante, para producir hidrógeno verde necesitaremos una fórmula para separar las moléculas y aprovechar la energía derivada de este gas.
Tras saber con exactitud qué es el protagonista de nuestra entrada, se nos hace imprescindible explicar cómo se produce el hidrógeno verde. Todo es resultado de un proceso de descomposición llamado electrólisis. La función principal de éste es separar las moléculas del agua mediante energía (en este caso renovable) y mezclarlas a través de un electrolizador. Obtenemos las moléculas de hidrógeno en forma de gas, las convertimos en energía y luego las almacenamos o transportamos.
Explicado de otra forma, en este proceso necesitaremos energía de fuentes renovables y agua. La energía la necesitamos para separar las moléculas de hidrógeno y oxígeno presentes en el agua. Una vez separadas, obtendremos el hidrógeno en forma de gas y lo meteremos dentro del electrolizador, el sistema donde se mezcla todo y donde obtenemos el famoso hidrógeno verde. Una vez generada esa electricidad, lo mejor de todo son los residuos que se generan, pues vuelve a convertirse en agua y no provoca ningún tipo de contaminación.
Sin duda, el hidrógeno verde va a ser una pieza clave para completar este proceso de transición energética en el que se encuentran España y Europa en general. Su uso permitirá numerosas ventajas en cualquier ámbito de la sociedad. No obstante, es necesaria la inversión pública y privada para desarrollar proyectos viables y seguros. Atento a sus posibles ventajas:
Cuando hablamos de generación energética, el hidrógeno verde no es la única aplicación que se le da a este elemento. De hecho, la producción de energía con el sistema de electrolisis del agua, en comparación con otro tipo de procesos, es totalmente insignificante. En general, el hidrógeno suele clasificarse por colores respecto al grado de contaminación que cada proceso provoca. Podemos encontrar los siguientes:
La respuesta es sí. Aunque la aprobación de proyectos es muy prematura, se están empezando a desarrollar programas cuyo elemento principal es el hidrógeno verde. Buena parte de ello puede ser por la llegada de los fondos Next Generation en consecuencia con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España. Algunas de las propuestas interesantes son las siguientes:
Si hay una característica destacada del hidrógeno verde, esa es su versatilidad a la hora de su uso. Su implantación en la mayoría de sectores económicos y sociales, compaginado con una necesaria electrificación, podría suponer un avance nunca visto en términos de sostenibilidad y responsabilidad con el medioambiente. Algunos de sus usos podrían ser los siguientes:
Una de las cosas que tiene el avance tecnológico en general, es que a veces surgen ideas o proyectos que marcan un antes y un después en el desarrollo de la sociedad. Esto mismo puede pasar con la obtención de energía a partir de hidrógeno verde, un vector energético capaz de almacenar y transportar electricidad totalmente renovable y de forma sostenible.
En definitiva, se obtiene la energía a través del sistema de electrólisis del agua. Separamos las moléculas del agua y la convertimos en energía a través de un electrolizador. Sus ventajas son varias, pero su variedad de uso es donde reside su gran importancia. Sin duda, estamos ante una tecnología que puede marcar el futuro, ¿Seremos capaces de aprovecharla?