Si algo define la sociedad en la que vivimos, eso es el consumismo abusivo. Naturalmente, esto no es un problema generalizado, pero, cada vez más, encontramos perfiles que no pueden vivir sin hacer una compra online o físicamente. El efecto inmediato de este volumen de compras masivo es la generación a gran escala de residuos, que muchas veces no son reciclados. Es en este momento donde entra en juego la protagonista de nuestra entrada de hoy: la economía circular.
La vida útil de la tierra corre peligro ante el avance del cambio climático por las altas concentraciones de gases de CO2 que producimos. Está demostrado que un sistema de economía circular garantizaría esa existencia, pero ¿Cuál es el origen de todo esto? ¿Es posible que el mundo sea consciente de este proceso? Todo esto y mucho más lo encontrarás en las siguientes líneas. ¡Vamos allá!
Vista la presentación, la economía circular podría tener el mismo significado que el reciclaje. Sin embargo, no es así tal cual, el término va mucho más allá. Digamos que es una estrategia en la que confluyen numerosos actores y propósitos, desde el ciudadano corriente, hasta el mismo sistema educativo, pasando por el entramado empresarial global.
Digamos que el principio fundamental de la economía circular es la reactivación del proceso de vida de un producto. Es decir, en vez de que un producto tenga un uso único, aprovechar sus propiedades para poder fabricar otro igual o de las mismas características. En esencia, ese es el objetivo. Sin embargo, todo esto no podría ser posible sin una concienciación de la sociedad en general.
Como dato, la ONU calcula que menos de la mitad de los residuos son reciclados en todo el mundo. A pesar de un incremento de la responsabilidad de los ciudadanos, esto no es suficiente comparado con la gran demanda de nuevos productos que compramos cada día. De aquí sale el concepto de economía circular, un proceso que convive con el mismo propósito que el reciclaje pero que va mucho más allá.
Sin duda, uno de los problemas principales que origina el sistema capitalista es el consumo masivo de todo tipo de productos o materiales. Esto podría tener sentido si hubiera una correcta reutilización de los materiales al final de su proceso de vida. Lamentablemente, esto no pasa y aquí es donde surge el concepto de economía circular.
Estamos hablando de un término que empezó a utilizarse ya en los años 80-90 ante la avalancha de residuos que se almacenaban en todo el planeta. Asimismo, el avance del cambio climático y las altas emisiones de CO2 que encontramos en los últimos años, solo han hecho que acrecentar el problema. No obstante, hay una buena noticia: cada vez, el concepto de economía circular está más arraigado, sobre todo, en los países de la Unión Europea.
La economía circular surge tras la tradicional e ineficaz estrategia de vida útil del producto, también llamada economía lineal. En las siguientes imágenes podrás ver y entender las diferencias entre ambas estrategias. Sin embargo, para que te quede más claro, nos gustaría detallártelas un poco más.
A diferencia de la economía circular, la economía lineal se basa en el uso tradicional que le damos a cualquier producto, es decir, lo compramos, lo usamos y lo tiramos a la basura. De esta forma, como es natural, la cantidad de residuos que se genera es astronómica y poco viable a largo plazo para el planeta.
En definitiva, consta de 5 procesos clave: La extracción de los materiales para hacer el producto, la transformación de esos materiales en el producto, el ensamblaje en fábricas, la compra como tal del producto, y su posterior conversión en residuo tras su uso.
En su contra, surge la economía circular; la cual, tiene como objetivo usar al máximo los componentes del producto base para reutilizarlos en otro tipo de artículos. Dependiendo de donde leas, podrás encontrar diferentes fases estratégicas por su enorme versatilidad. Nosotros, creemos que son que son importantes las siguientes fases:
La solución a la economía lineal, podría ser vivir de forma más austera. Es decir, hacer que las cosas nos duren más años o cuidarlas de una forma para que su ciclo de vida sea más largo. Sin embargo, al final, eso no sería muy bien aceptado. La reutilización es la clave, por eso, la economía circular es flexible en muchos sectores: automoción, tecnología, textil, alimentación, etc. A continuación, podrás ver algunos ejemplos de economía circular:
Con el objetivo de descarbonizar el continente europeo de cara al año 2050, la Unión Europea ha puesto muchos de sus esfuerzos en que los países miembros apuesten por políticas de economía circular. En el Pacto Verde Europeo firmado a mediados de este año ya se recogen algunas propuestas. Sin embargo, la UE quiere ir mucho más allá.
En su caso, en España, el Ministerio para la Transición Ecológica ha diseñado una estrategia de economía circular de cara al año 2030 con diferentes planes de actuación. Estos planes tienen como objetivo principal la construcción de un país más limpio y competitivo. Para ello, se han propuesto los siguientes retos:
Muchas veces, la mayoría de nosotros no nos damos cuenta del uso que le damos a los productos. Los utilizamos una o pocas veces y los tiramos donde sea. Ese es uno de los problemas mundiales actuales. El mundo cada vez genera más residuos y, la gran mayoría, no se reciclan. Aquí entra en acción la economía circular.
La economía circular es una estrategia que se basa en la reutilización de materias primas o productos para que los artículos tengan una vida más prolongada. España y, en especial, Europa se han dado cuenta del problema a tiempo. Por ello, ya existen planes para construir un continente mucho más responsable y sostenible. De esta forma, otras regiones del mundo se fijarán en nosotros y daremos el gran paso hacia un planeta más verde.